La alegría de ser aceptada en el Primer Instituto de Enseñanza Secundaria Femenino de la Prefectura de Okinawa se convierte en…
La alegría de ser aceptada en el Primer Instituto de Enseñanza Secundaria Femenino de la Prefectura de Okinawa se convierte en…
Nombre: Eiko Omija(17大見謝英子)
Edad en aquel tiempo: 13 años
Estatus en aquel tiempo: días previos a la entrada en el Primer Instituto de Enseñanza Secundaria Femenino de la Prefectura de Okinawa (Cuerpo femenino de estudiantes)
[Participando en la ceremonia de inscripción ...]
Mi padre se oponía a mi inscripción en la escuela femenina. Decía: “Tienes que ayudar a tu madre, así que no necesitas ir a la escuela femenina.” Sin embargo, después de enviarle varias cartas pidiendo su aprobación, finalmente aceptó, y cuando tenía 13 años, mis primas y yo hicimos el examen de entrada. Aprobamos el examen y nos pusimos muy contentas cuando vimos nuestros nombres en el periódico.
Mi madre había sido evacuada a Kijoka en la zona norte de la isla principal de Okinawa, pero como había una ceremonia de inscripción, me quedé para participar en la ceremonia con mis primas. En aquel momento, el Primer Instituto de Enseñanza Secundaria Femenino de la Prefectura de Okinawa era una escuela a la que todas deseábamos entrar, así que me quedé porque quería participar en la ceremonia de inscripción a toda costa.
[Asesinada en un ataque de mortero]
Estaba instalada en la casa de mi tío, pero algunos días más tarde, decidimos evacuar porque las fuerzas enemigas ya habían avanzado hasta Shuri, y mi tío y mi tía encontraron un refugio antiaéreo donde podíamos entrar. Más tarde, el refugio fue atacado mientras nuestros familiares dormían, y mi abuela murió al instante. Yo sufrí una herida en el ojo y lloraba, gritando muy alto. No lo recuerdo, pero al parecer le dije a mi vecino: “Por favor, déjame morir”. Mi abuelo fue al campo para enterrar allí el cadáver de mi abuela.
Al día siguiente, dejamos el refugio antiaéreo. Íbamos a ir al refugio antiaéreo de un distrito llamado Taira, en Tomigusuku. Fuimos allí con mi tía, que me llevaba a la espalda. Llegamos al refugio antiaéreo varias horas después.
[Un soldado japonés sin manos ni piernas]
En el refugio antiaéreo había un soldado sin manos ni piernas. Incluso aunque no tenía manos ni piernas se retorcía en su sitio, así que mis primas y yo estábamos muy impactadas. Dijo: “Por favor, dejadme beber agua. No me importa morir después de beber agua.” Así que buscamos una botella de 1 sho (1,8 litros) y un pozo, y fuimos a buscar agua del pozo. En el camino de vuelta derramamos un poco de agua así que dejamos la botella junto a la boca del soldado y huimos de allí inmediatamente, porque estábamos asustadas.
[Reunión con mi madre]
Soldados estadounidenses pasaron por allí y dijeron: “Detekoi, detekoi (salid, salid).” Sin embargo, seguimos escondidos durante toda la mañana. No obstante, cerca de las 3 de la tarde, nos dijeron: “Salid porque la guerra ha terminado”. Como los soldados estadounidenses nos podían ver, salimos del refugio antiaéreo preparados para morir.
Los soldados estadounidenses desinfectaron mi cabeza herida y aplicaron vendajes en mis brazos y piernas.
Más tarde, nos llevaron a Yanbaru después de pasar la noche en la Escuela de Educación Primaria Zayasu de Iraha.
Uno o dos meses más tarde, una mujer de mediana edad que era nuestra vecina, encontró a mi madre y le dijo: “Tu hija ha sufrido heridas en la cara y en el ojo, y nos pidió que le dejásemos morir.”
Mi madre salió desde Kijoka, en Yanbaru, para buscarnos en el lugar en el que estábamos refugiados, y así pude reunirme con ella.
Nombre: Eiko Omija(17大見謝英子)
Edad en aquel tiempo: 13 años
Estatus en aquel tiempo: días previos a la entrada en el Primer Instituto de Enseñanza Secundaria Femenino de la Prefectura de Okinawa (Cuerpo femenino de estudiantes)
[Participando en la ceremonia de inscripción ...]
Mi padre se oponía a mi inscripción en la escuela femenina. Decía: “Tienes que ayudar a tu madre, así que no necesitas ir a la escuela femenina.” Sin embargo, después de enviarle varias cartas pidiendo su aprobación, finalmente aceptó, y cuando tenía 13 años, mis primas y yo hicimos el examen de entrada. Aprobamos el examen y nos pusimos muy contentas cuando vimos nuestros nombres en el periódico.
Mi madre había sido evacuada a Kijoka en la zona norte de la isla principal de Okinawa, pero como había una ceremonia de inscripción, me quedé para participar en la ceremonia con mis primas. En aquel momento, el Primer Instituto de Enseñanza Secundaria Femenino de la Prefectura de Okinawa era una escuela a la que todas deseábamos entrar, así que me quedé porque quería participar en la ceremonia de inscripción a toda costa.
[Asesinada en un ataque de mortero]
Estaba instalada en la casa de mi tío, pero algunos días más tarde, decidimos evacuar porque las fuerzas enemigas ya habían avanzado hasta Shuri, y mi tío y mi tía encontraron un refugio antiaéreo donde podíamos entrar. Más tarde, el refugio fue atacado mientras nuestros familiares dormían, y mi abuela murió al instante. Yo sufrí una herida en el ojo y lloraba, gritando muy alto. No lo recuerdo, pero al parecer le dije a mi vecino: “Por favor, déjame morir”. Mi abuelo fue al campo para enterrar allí el cadáver de mi abuela.
Al día siguiente, dejamos el refugio antiaéreo. Íbamos a ir al refugio antiaéreo de un distrito llamado Taira, en Tomigusuku. Fuimos allí con mi tía, que me llevaba a la espalda. Llegamos al refugio antiaéreo varias horas después.
[Un soldado japonés sin manos ni piernas]
En el refugio antiaéreo había un soldado sin manos ni piernas. Incluso aunque no tenía manos ni piernas se retorcía en su sitio, así que mis primas y yo estábamos muy impactadas. Dijo: “Por favor, dejadme beber agua. No me importa morir después de beber agua.” Así que buscamos una botella de 1 sho (1,8 litros) y un pozo, y fuimos a buscar agua del pozo. En el camino de vuelta derramamos un poco de agua así que dejamos la botella junto a la boca del soldado y huimos de allí inmediatamente, porque estábamos asustadas.
[Reunión con mi madre]
Soldados estadounidenses pasaron por allí y dijeron: “Detekoi, detekoi (salid, salid).” Sin embargo, seguimos escondidos durante toda la mañana. No obstante, cerca de las 3 de la tarde, nos dijeron: “Salid porque la guerra ha terminado”. Como los soldados estadounidenses nos podían ver, salimos del refugio antiaéreo preparados para morir.
Los soldados estadounidenses desinfectaron mi cabeza herida y aplicaron vendajes en mis brazos y piernas.
Más tarde, nos llevaron a Yanbaru después de pasar la noche en la Escuela de Educación Primaria Zayasu de Iraha.
Uno o dos meses más tarde, una mujer de mediana edad que era nuestra vecina, encontró a mi madre y le dijo: “Tu hija ha sufrido heridas en la cara y en el ojo, y nos pidió que le dejásemos morir.”
Mi madre salió desde Kijoka, en Yanbaru, para buscarnos en el lugar en el que estábamos refugiados, y así pude reunirme con ella.