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Suicidios masivos” en el refugio antiaéreo de “Kayama

“Suicidios masivos” en el refugio antiaéreo de “Kayama”

Nombre: Isao Oshiro(18大城 勲)
Fecha de nacimiento: 1 de septiembre de 1935
Lugar de nacimiento: pueblo de Tamagusuku

En 1945, cuando la batalla (de Okinawa) estaba a punto de comenzar, había cerca de 1000 soldados japoneses de la Unidad Tama (apodo de un tipo de Brigadas Mixtas Independientes) acuartelados en el distrito Maekawa del pueblo.

En nuestro distrito, los soldados estaban alojados en casi todas las casas.
Los miembros de familias que habían ofrecido sus casas dormían en espacios estrechos como la cocina.
Casi todos los soldados utilizaban habitaciones grandes como la ichibanza (primera alcoba) y nibanza (segunda alcoba).

Hacia el comienzo del mes de mayo, las tropas japonesas partieron para el frente en Shuri, y casi todos ellos murieron en la batalla de Shuri.
Un escuadrón de 12 soldados que estaba alojado en nuestra casa fue al frente en Shuri. Alrededor de principios de mayo, las tropas japonesas habían sido prácticamente aniquiladas, pero dos o tres soldados regresaron de Shuri a Maekawa. Esos soldados vinieron a nuestro refugio antiaéreo y nos dijeron: “Japón va a perder esta guerra, así que si tenéis pensado abandonar este refugio, id hacia Yanbaru y las regiones del norte.”

En el distrito de Maekawa hay cuevas naturales. Hay largas cuevas naturales como la de Gyokusendo, pero nadie del distrito de Maekawa se refugió allí.
Hay un acantilado en la parte oeste de Maekawa. Miembros de dos o tres familias formaron grupos, y aprovechando el acantilado, cada grupo cavó hoyos prácticamente a mano. Esos hoyos han sido denominados “refugios antiaéreos civiles”, y creo que hay de 60 a 70 entradas allí.

Los lugareños llamaron a estos refugio antiaéreos “Kayama-go” (go = excavado, Kayama = refugio antiaéreo).  

Nos quedamos allí durante mucho tiempo – hasta no sé qué día de mayo.
Creo que probablemente estuvimos allí hasta el 1 de junio.


Las tropas estadounidenses avanzaban desde el centro de Okinawa, y los residentes de Shuri, Urasoe, Nishihara y otras regiones huyeron a Maekawa, así que el distrito de Maekawa estaba a rebosar de gente de esas zonas. El número de bombardeos navales aumentó, y la batalla se hizo aún más grave.

En cuanto a los “refugios antiaéreos civiles” que mencioné antes, creo que había de 500 a 600 residentes del distrito de Maekawa en los refugios. Sin embargo, a medida que los combates se intensificaban y las tropas estadounidenses se acercaban, casi todos los residentes de Maekawa dejaban los Kayama-go por la noche y huían a hacia la parte sur de Okinawa diciendo: “No podemos quedarnos aquí más tiempo.”
Mi abuelo seguía diciendo: “Si voy a morir, no iré a ningún sitio porque si muero aquí en mi refugio antiaéreo, aquellos que sobrevivan me recordarán, y estoy seguro de que algunos sobrevivirán. Es mejor que morir en el camino y convertirse en alguien a quien no se pueda identificar”. Mi abuelo, al parecer, había tomado ya esa decisión.

Al parecer, todas aquellas personas que trabajaban con el ejército, como cocineros, cuerpos voluntarios y cuerpos de defensa, tenían granadas de mano, pero nadie de nuestro alrededor tenía nada que ver con el ejército, así que no teníamos ninguna granada.

Había dos entradas al refugio antiaéreo, y ambas llevaban a un solo refugio.
Había cuatro familias en este refugio, incluyendo los hermanos de mi abuela.
Dos de esas familias eran de los hermanos de mi abuela. Los miembros de una de las familias eran completamente extraños para mí, pero como eran de este pueblo y eran conocidos, se quedaban con nosotros en el refugio antiaéreo.

Un miembro de esta otra familia al parecer trabajaba en algo relacionado con el ejército –creo que era cocinera o miembro del escuadrón de ayuda–, así que esta mujer tenía una granada.
Las tropas estadounidenses aparecieron de repente en el refugio antiaéreo y como nos habían pedido que “saliésemos afuera”, la mujer que estaba con los hermanos de mi abuela junto a nosotros, se reunió con ellos en un círculo e hizo detonar la granada sin consultarnos. Allí es dónde ocurrió el suicidio masivo.
Debía de haber una familia de unas 10 personas allí dentro, y siete de ellos murieron.
Esa granada explotó, llenando el aire del refugio antiaéreo de un humo blanco y de un olor acre de la pólvora. Después de la explosión, se notaba el olor a sangre y carne humana esparcida por todo alrededor y adherida a las paredes del refugio. Y mi abuelo, que no había muerto al instante, estaba gimiendo.
En aquel momento, no hubo nadie que pronunciase una sola palabra.

Mi familia y las personas que estaban dentro del refugio antiaéreo con nosotros no sufrieron ninguna herida.

Muchas vidas se perdieron como resultado de haber sido arrastradas a aquella gran batalla; la guerra que nunca esperamos ni imaginamos. Personalmente, siento que debemos transmitir nuestras experiencias a nuestros descendientes a través de una educación correcta y enseñándoles diligentemente el valor incalculable de la paz.