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Experiencia de la evacuación en las montañas de Davao Filipinas

「Experiencia de la evacuación en las montañas de Davao Filipinas」
Nombre : Youichi Toma
Edad : 81 años
Lugar de Nacimiento : Davao Filipinas

 
Cuando empezó la guerra aún no iba a la escuela. Tenía 7 años y teníamos una bodega donde trabajaban filipinos quienes estaban alarmados y decían [Japón, bomba, bomba!]. Japón le decían a los japoneses, y en español bomba a los bombardeos.
Decían que esa mañana los aviones japoneses habían bombardeado el aeropuerto de Lasan.

El 8 de Diciembre evacuamos de la aldea japonesa en la que vivíamos ya que era peligroso seguir allí. Teníamos un enorme bazar llamado Bazar Osaka con muchos empleados. Ya a oscuras como a las 9 de la noche, reunimos a todos y evacuamos al colegio primario japonés de Mananburan en donde se habían reunido todos los japoneses de la zona.

A las 10 de la mañana del dia siguiente llegaron los soldados filipinos y nos llevaron a los campos de concentración separándonos a hombres y mujeres.
Esa mañana, mi abuela había ido de revisión médica al hospital de Mintal y al parecer fue allí que la capturaron y no regresó.

Luego nos trasladaron a otro campo, subimos a un camión y nos llevaron a un lugar llamado Santana.
A las dos semanas, se rumoraba que los aviones de guerra japoneses habian venido a atacar pero tuvieron que hacer un aterrizaje forzoso. Nos subieron a un camión y nos llevaron a un lugar llamado Mintal ya que había salido una orden de trasladar a las mujeres de Santana hacia ese lugar.
En Mintal había un hospital enorme y allí encontramos a mi abuela que estaba internada. Habían pasado dos semanas que no la localizabamos asi que mietras conversabamos y decíamos [Qué bueno! Qué bueno!], desembarcó el ejército japonés. Fuimos rescatados y liberados pudiendo regresar a nuestros hogares.

Durante los siguientes dos años recibimos educación en un colegio estatal japonés. Creí que ya no habría más guerra, pero Saipan fue derrotado y llegaron cientos de sobrevivientes. Al rato reapareció MacArthur desembarcando nuevamente en Filipinas por lo que tuvimos que escapar selva dentro.

(La situación del colegio en esa época)
Pude estudiar hasta el segundo año de la primaria en un colegio estatal. La canción de la graduación era una canción llamada [sugino kino tou], la torre del árbol de cedro, y el colegio también estaba hecho de madera de cedro. Por el clima caluroso. El aula estaba sobre una construcción con el piso elevado.
En 4to o 5to de primaria tuvimos instrucción militar pero por ser de grados inferiores no nos tocó. Desde el 4to año empezaron los entrenamientos militares como el Hofuku Zenshin que era avanzar arrastrándose de barriga boca abajo.
Las alumnas tomaban otras clases para ser enfermeras.

En las reuniones matutinas del colegio haciamos el Kyujo Yohai. Era hacer una reverencia inclinando la cabeza hacia la izquierda por cinco minutos rezando por el emperador.
Era un niño militarista por lo que pensaba que el emperador era lo máximo.
Yo era miembro del Grupo de Jovenes del Gran Japón. Nuestro eslógan era [Somos los nuevos jovenes del Gran Japón. Somos como el sol naciente].

Pero al rato llegó la tropa general de Abe al colegio y se terminaron las clases. Nos enviaron a una filial. Estaba en tercero pero estudiamos junto con los de primero y segundo. También con mis hermanos de primero. Había solo una profesora pero las clases tampoco continuaron.
Los aviones de guerra Grummer llegaron y empezaron a ametrallar. Después, al ver la tienda que teníamos, los letreros tenían rastros de las balas y el enorme tanque de agua que teníamos estaba todo agujereado y ya sin agua.


Desde ese entonces empezaron a llegar a diario los aviones guerreros B24. Creo que habian cerca de 200. Las bombas caían como lluvia. El aeropuerto de Lasan había sido atacado y los soldados empezaron a evacuar hacia las montañas. Nosotros también nos dirigimos hacia la selva. Se veían también los ataques de los morteros a lo lejos del campo de Kogon, donde habia bastante hierbas parecida al Susuki.
Los empleados del bazar de Osaka que habían ingresado antes que nosotros a la selva habían cortado madera, tallado el kilometraje y lo habían clavado al lado del camino. Decía 1km. 2 km. desde el punto de entrada de la selva.
A los 16km estaba escrito policia militar del Gran Japón y pensé ya llegamos!, pero nos dijeron [sigan adelante] y seguimos.
Los zapatos quedaron hecho polvo y quedamos descalzos al caminar en el lodo. Me empezaron a picar los pies y cuando vi, estaba lleno de sanguijuelas. Las sanguijuelas se metían hasta en los ojos mientras dormiamos y una señora tenía el ojo rojo por eso.

A los 4km habia un campamento del grupo del Bazar de Osaka. Al inicio todos nos reunimos alli.
Un avión observador parecido a un planeador voló sobre nosotros. No había duda que al encontrarnos nos atacarían. Muchos murieron por eso.
Asi que decidimos movernos del kilometro 4. La tropa inicial había construído un lugar de refugio para los del Bazar de Osaka en los kilometros 8, 10, 16, y 20. Pero ya no teniamos que comer solo Dorahan que eran como unas hierbas parecidas a las hojas de la flor de Loto.

Salìamos en busca de comida pero siempre regresabamos con las manos vacías. Un día vimos una vaca de carga Karabao muerta ametrallada. Todos se lanzaron sobre ella a arrancarle la carne. Cuando mi padre y mi abuela se acercaron solo quedaban huesos, pero aunque sea era comida asi que cortaron los huesos y se los trageron.
Estabamos completamente desnutridos. Mi hermana de 3 años ya no podia caminar. Entonces mi madre sacó no se de donde unos pedacitos de azúcar rubia y nos dio uno a cada uno.

Habían rumores que iban a abandonar a los hijos. A los 20km decidimos rendirnos ya que no había modo alguno de seguir adelante. Bajando de la montaña vimos a una niña muerta sobre su madre también muerta. Por el camino vimos muchos cadáveres incluyendo militares. Habrán muerto de hambre ya que no había que comer. Muchos estaban agrupados cerca a la orilla del rio, tal vez quisieron tomar agua. Estaban llenos de gusanos, era espantoso, era como una pintura del infierno.

Los que aún tenían fuerzas, quitaban los zapatos de los cadáveres y se los ponían.
Un poco más abajo habian soldados que se habian separado de sus tropas. Estaban al desnudo con bandas de vientre, comiendo mani y decían [saca lo que tienes] y nos robaban.
Creo que fue el 15 de abril. Vinieron aviones americanos lanzando avisos. Eran cientos de avisos que caian por todo el cielo brillando por el reflejo del sol y se veía precioso. Estaba escrito [Joven, no mueras como perro] rindete de inmediato.
Pero ni por eso salimos de las montañas ya que al hacerlo pensábamos que nos iban a matar. Nos habian inculcado que los soldados americanos e ingleses eran demonios asi que al ser atrapados nos matarían de inmediato.

(La rendición)
Sin embargo nosotros salimos de las montañas para rendirnos.
Al terminar de cruzar un camino, escuchamos ruidos y al voltear vimos a un soldado negro parado con ropa de camuflaje de color de abacá.
Era la primera línea de la tropa americana y los americanos habían hecho una cancha de basket y estaban jugando. Todo estaba relajado y ya había pasado un mes desde que había terminado la guerra.

Recibimos comida de racionamiento que le llamaban Ración. Contenía salchichas, goma de mascar, 3 cigarros, etc. Hacía meses que no comíamos.
Luego nos trasladaron al campamento de Dariaon y estuvimos cerca de un mes. Muchos murieron allí debido a la diarrea y los cólicos por la comida ya que habían pasado meses comiendo solo hiervas de Doharan.

(Repatriación al Japón)
Finalmente en Octubre del año 20 de Showa, nos repatriaron al Japón. Nos subieron a un camión y fuimos hasta las playas. Habían 2 buques
militares en los que embarcamos y nos enviaron al continente.
Paramos en Leyte. Llegamos de noche y al amanecer vimos la bahía de Leyte lleno de buques militares americanos.
De ahi partimos nuevamente a Japón, pero en la traversia varios murieron. Cada vez que alguien moría, los envolvían en frazadas y los hechaban al mar mientras la banda sinfónica tocaba piezas funerales. El buque daba una vuelta alrededor del cadáver y se dirigía nuevamente hacia Japón.
Hubieron tantos velorios que tardamos dos semanas en llegar a Kagoshima.


(Reflexionando la guerra)
Las armas podrán dominar nuestros pensamientos pero no podrán cambiarlos. Podrán cambiar nuestras vidas pero no manipularnos. Era un niño militarista asi que pensaba que la guerra era algo normal. La educación es algo terrible.