“La bola de arroz robada” (La guerra destruye la humanidad) Para la paz, llévate bien con el mundo, con la comunidad y con los amigos-
“La bola de arroz robada” (La guerra destruye la humanidad)
Para la paz, llévate bien con el mundo, con la comunidad y con los amigos-
Michiko Uehara(30上原美智子)
Fecha de nacimiento: 5 de agosto de 1935
En aquel tiempo: estudiante de escuela primaria, 9 años
Entrevistadora: Minami Kamiunten (nieta)
○ Hacia las 7 de la mañana del día 23 de marzo, de siete a nueve aviones enemigos volaron a baja altitud. El ruido era tan ensordecedor que creí que se me habían estallado los tímpanos.
Entrevistadora: ¿Qué hiciste entonces, abuela?
○ Había un refugio antiaéreo subterráneo enorme llamado Amansou-go. Así que huimos hacia allí.
Entrevistadora: ¿Estaba oscuro dentro del refugio?
○ Estaba muy oscuro. Muy oscuro y también había un olor extraño. Había unas 150 personas de Odo (en la ciudad de Itoman) allí sentadas en silencio. Yo estaba muy asustada.
Entrevistadora: ¿Qué hiciste con respecto a la alimentación?
○ Como era muy pronto por la mañana aquel día, huimos sin haber comido nada. El bebé que mi abuela llevaba a la espalda tampoco había bebido leche.
El bebé empezó a llorar. Todo el mundo gritaba: “Si dejas que el bebé lloré, vendrán los enemigos. ¿De quién es este bebé? ¡No dejen que llore!”
Incluso yo casi empiezo a llorar. Trataron de tranquilizar al bebé diciéndole: “Silencio, silencio”, pero no paraba de llorar y eso hizo que mi hermano de 3 años también empezase a llorar.
Entonces, desde lejos, una anciana que conocíamos nos dijo: “Vosotros, salid de aquí”. Probablemente lo dijo porque nuestro bebé lloraba. El enemigo habría encontrado y asesinado a las 150 personas que estaban allí.
Así que nuestra abuela trató de tranquilizar al bebé y le hizo callar cubriendo sus ojos y su boca con un pañuelo que llevaba. La guerra había empezado y teníamos miedo de salir afuera. Y aunque conseguimos quedarnos allí, finalmente tuvimos que salir del refugio antiaéreo.
Entrevistadora: ¿Cuántos de tus parientes murieron, abuela?
○ Mi padre murió cuando tenía 39 años sirviendo en las milicias de defensa. No sé dónde murió. No tengo siquiera una sola fotografía. Mi padre era muy amable, siempre me daba palmaditas en la cabeza.
Cuando mi padre se unió a las milicias de defensa, se llevó un montón de comida: zanahorias, batatas y verduras, que cargó en un carro tirado por un caballo.
Antes de partir, nos llamó a todos los hijos y nos dijo: “Me voy a las milicias de defensa y voy a trabajar allí. Así que escuchad todos a vuestra madre y portaos bien. Ahora tengo que ir a la guerra”. La amable cara de mi padre, que me daba palmadas en la cabeza, todavía me viene a la mente incluso ahora.
Aparte de mi padre, cuatro de sus hermanos (mis tíos) murieron como soldados. Mi abuela, el hermano menor de mi madre y su esposa, también murieron.
○ Después de que la guerra comenzase, huimos a pie hacia la zona de Yanbaru (norte de Okinawa) a mediados de abril. Durante el día, tenían lugar intensos combates, así que huíamos durante la noche.
Las carreteras estaban llenas de gente huyendo hacia Yanbaru. En aquel tiempo, yo estaba en tercer curso, caminaba con mi mochila escolar a la espalda, llevando una bolsa de emergencia y unas 20 bolas de arroz. Éramos ocho huyendo juntos, pero yo apenas podía caminar porque las bolas de arroz eran muy pesadas. Entonces, una mujer de mediana edad, una extraña, vino y dijo: “Me entristece verte así. Déjame que te la lleve.” Pensé que era todo un alivio, así que sin pensarlo, dije: “Gracias”. La mujer desapareció rápidamente y terminó robando las bolas de arroz que eran para dos o tres miembros de la familia. Incluso ahora sigo arrepintiéndome de este incidente.
Como de alguna manera seguimos huyendo después de lo que ocurrió, afortunadamente nos convertimos en prisioneros en mitad del bosque de Yanbaru, y así conseguimos sobrevivir.
Entrevistadora: ¿Estabas descalza cuando fuiste hacia Yanbaru?
○ Sí, iba descalza y me dolía. Los pies sangraban por todas partes. Incluso entonces, estábamos en una situación muy grave, y nos escondíamos en cuevas durante el día, intentando por todos los medios proteger nuestras vidas.
En aquel tiempo, hirieron a mi madre y sufrió una lesión grave. Mi hermano menor murió en el bosque de Yanbaru. Mi hermana mayor y yo lo enterramos. Mi madre se deprimió.
○ Espero que desde ahora, en este mundo, los hijos y los nietos puedan vivir en paz y en tranquilidad durante el siglo XXI. La guerra no debe repetirse nunca. Espero que los hijos, los nietos y los jóvenes como tú puedan tener una vida plena.
Lo importante es llevarse bien con las otras personas. No debe haber disputas en las aulas. Quiero que os llevéis bien con vuestros amigos y con las personas de vuestra comunidad. Quiero que te lleves bien con tus amigos y con los vecinos de la localidad. Creo que si los habitantes de Japón y varios países del mundo se llevan bien, eso llevará a la paz.
○ Cuando se produce una guerra, incluso las abuelas que siempre han sido amables dicen: “Salid del refugio”. En las situaciones de vida o muerte, como en una guerra, las personas se vuelven egoístas para proteger sus propias vidas. Así que la gente se deshumaniza. Cuando estalla una guerra, nadie se dará la vuelta si pides ayuda. Quiero hacer especial hincapié en que incluso la sensibilidad que normalmente tienen las personas desaparece completamente una vez que estalla la guerra.
Para la paz, llévate bien con el mundo, con la comunidad y con los amigos-
Michiko Uehara(30上原美智子)
Fecha de nacimiento: 5 de agosto de 1935
En aquel tiempo: estudiante de escuela primaria, 9 años
Entrevistadora: Minami Kamiunten (nieta)
○ Hacia las 7 de la mañana del día 23 de marzo, de siete a nueve aviones enemigos volaron a baja altitud. El ruido era tan ensordecedor que creí que se me habían estallado los tímpanos.
Entrevistadora: ¿Qué hiciste entonces, abuela?
○ Había un refugio antiaéreo subterráneo enorme llamado Amansou-go. Así que huimos hacia allí.
Entrevistadora: ¿Estaba oscuro dentro del refugio?
○ Estaba muy oscuro. Muy oscuro y también había un olor extraño. Había unas 150 personas de Odo (en la ciudad de Itoman) allí sentadas en silencio. Yo estaba muy asustada.
Entrevistadora: ¿Qué hiciste con respecto a la alimentación?
○ Como era muy pronto por la mañana aquel día, huimos sin haber comido nada. El bebé que mi abuela llevaba a la espalda tampoco había bebido leche.
El bebé empezó a llorar. Todo el mundo gritaba: “Si dejas que el bebé lloré, vendrán los enemigos. ¿De quién es este bebé? ¡No dejen que llore!”
Incluso yo casi empiezo a llorar. Trataron de tranquilizar al bebé diciéndole: “Silencio, silencio”, pero no paraba de llorar y eso hizo que mi hermano de 3 años también empezase a llorar.
Entonces, desde lejos, una anciana que conocíamos nos dijo: “Vosotros, salid de aquí”. Probablemente lo dijo porque nuestro bebé lloraba. El enemigo habría encontrado y asesinado a las 150 personas que estaban allí.
Así que nuestra abuela trató de tranquilizar al bebé y le hizo callar cubriendo sus ojos y su boca con un pañuelo que llevaba. La guerra había empezado y teníamos miedo de salir afuera. Y aunque conseguimos quedarnos allí, finalmente tuvimos que salir del refugio antiaéreo.
Entrevistadora: ¿Cuántos de tus parientes murieron, abuela?
○ Mi padre murió cuando tenía 39 años sirviendo en las milicias de defensa. No sé dónde murió. No tengo siquiera una sola fotografía. Mi padre era muy amable, siempre me daba palmaditas en la cabeza.
Cuando mi padre se unió a las milicias de defensa, se llevó un montón de comida: zanahorias, batatas y verduras, que cargó en un carro tirado por un caballo.
Antes de partir, nos llamó a todos los hijos y nos dijo: “Me voy a las milicias de defensa y voy a trabajar allí. Así que escuchad todos a vuestra madre y portaos bien. Ahora tengo que ir a la guerra”. La amable cara de mi padre, que me daba palmadas en la cabeza, todavía me viene a la mente incluso ahora.
Aparte de mi padre, cuatro de sus hermanos (mis tíos) murieron como soldados. Mi abuela, el hermano menor de mi madre y su esposa, también murieron.
○ Después de que la guerra comenzase, huimos a pie hacia la zona de Yanbaru (norte de Okinawa) a mediados de abril. Durante el día, tenían lugar intensos combates, así que huíamos durante la noche.
Las carreteras estaban llenas de gente huyendo hacia Yanbaru. En aquel tiempo, yo estaba en tercer curso, caminaba con mi mochila escolar a la espalda, llevando una bolsa de emergencia y unas 20 bolas de arroz. Éramos ocho huyendo juntos, pero yo apenas podía caminar porque las bolas de arroz eran muy pesadas. Entonces, una mujer de mediana edad, una extraña, vino y dijo: “Me entristece verte así. Déjame que te la lleve.” Pensé que era todo un alivio, así que sin pensarlo, dije: “Gracias”. La mujer desapareció rápidamente y terminó robando las bolas de arroz que eran para dos o tres miembros de la familia. Incluso ahora sigo arrepintiéndome de este incidente.
Como de alguna manera seguimos huyendo después de lo que ocurrió, afortunadamente nos convertimos en prisioneros en mitad del bosque de Yanbaru, y así conseguimos sobrevivir.
Entrevistadora: ¿Estabas descalza cuando fuiste hacia Yanbaru?
○ Sí, iba descalza y me dolía. Los pies sangraban por todas partes. Incluso entonces, estábamos en una situación muy grave, y nos escondíamos en cuevas durante el día, intentando por todos los medios proteger nuestras vidas.
En aquel tiempo, hirieron a mi madre y sufrió una lesión grave. Mi hermano menor murió en el bosque de Yanbaru. Mi hermana mayor y yo lo enterramos. Mi madre se deprimió.
○ Espero que desde ahora, en este mundo, los hijos y los nietos puedan vivir en paz y en tranquilidad durante el siglo XXI. La guerra no debe repetirse nunca. Espero que los hijos, los nietos y los jóvenes como tú puedan tener una vida plena.
Lo importante es llevarse bien con las otras personas. No debe haber disputas en las aulas. Quiero que os llevéis bien con vuestros amigos y con las personas de vuestra comunidad. Quiero que te lleves bien con tus amigos y con los vecinos de la localidad. Creo que si los habitantes de Japón y varios países del mundo se llevan bien, eso llevará a la paz.
○ Cuando se produce una guerra, incluso las abuelas que siempre han sido amables dicen: “Salid del refugio”. En las situaciones de vida o muerte, como en una guerra, las personas se vuelven egoístas para proteger sus propias vidas. Así que la gente se deshumaniza. Cuando estalla una guerra, nadie se dará la vuelta si pides ayuda. Quiero hacer especial hincapié en que incluso la sensibilidad que normalmente tienen las personas desaparece completamente una vez que estalla la guerra.