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Ayudados por gente de Taiwán: evacuación en Taiwán

Ayudados por gente de Taiwán: evacuación en Taiwán

Nombre: Rokuro Takayasu (29高安六郎)
Fecha de nacimiento: 3 de enero de 1934
Dirección actual: 1-18-20 Kakazu, ciudad de Ginowan
Lugar de nacimiento: ciudad de Naha
11 años en aquel tiempo, estudiante en la Escuela Nacional de Educación Primaria

“Cruzando el peligroso océano”
Llegué a Taiwán aproximadamente a mediados de septiembre de 1944. Estaba con mi familia y con ancianos.
Dejamos Naha por la tarde porque muchos submarinos estaban en el océano cerca de Okinawa. Teníamos unos 10 buques formando un convoy y un destructor de la armada japonesa protegiéndonos a ambos lados. Aún así, muchos barcos los hundieron dichos submarinos. Tuvimos suerte de llegar vivos.
Nos escondimos en el atolón de Kerama durante el día y, entonces, no escondimos en la isla de Kumejima, después en las islas de Miyakojima, Ishigakijima, Iriomotejima y Yonagunijima. Normalmente, se tarda un día y medio o dos días en llegar a Taiwán, pero esa vez tardamos unos 10 días antes de que llegásemos al puerto de Keelung, en Taiwán.
Estábamos en Taiwán por primera vez y era mediados de verano, así que era muy difícil para nosotros. Hacíamos todo en grupo y no teníamos libertad.
Los ancianos tenían hagichi (tatuajes) así que todos llevaban guantes. Supongo que no queríamos que la gente de Taiwán o de Japón continental sospechase de nosotros por los tatuajes. Las penalidades que sufrimos fueron inimaginables.

“Bombardeos aéreos en Taichung”
Nos enfrentamos a penalidades increíbles en Taichung.
En Taichung, nos asignaron a un molino de azúcar. Mi tía estaba trabajando como operadora telefónica en el molino de azúcar, que estaba bajo horribles ataques aéreos. Los bombardeos aéreos tenían como objetivo el molino de azúcar. Muchas bombas cayeron allí.
Los bombardeos aéreos se volvieron cada vez más frecuentes y comenzaron a bombardear no solo el molino, sino toda la ciudad de Taichung. Los llamados aviones “B-29” tiraban bombas desde mucha altura.
Entonces vimos aviones “Grumman”. También vimos aviones con la insignia británica “Curtis” que volaban sobre nosotros y nos bombardeaban. Lo hacían desde las ocho de la mañana hasta las cinco de la tarde. Tenían un horario fijo.
Estábamos recibiendo demasiado y no podíamos quedarnos allí mucho más tiempo, así que huimos de Taichung a un lugar llamado Pingtung, que era aún más rural.

“¿Los niños okinawenses deben ir a las escuelas taiwanesas o a las japonesas?”
Tenían que averiguar a qué escuelas debían ser enviados los chicos de Okinawa.
Había dos tipos de escuelas en Taiwán, escuelas para taiwaneses y escuelas que llamábamos “Yamatonchu” (personas de Japón continental); en otras palabras, escuelas japonesas. Esto era un problema para ellos.
Al final, decidieron que los niños de Okinawa debían ser enviados a escuelas japonesas y allí nos enviaron.
No obstante, había una gran diferencia entre los niños de Japón continental y los de Okinawa. El nivel de educación era diferente y la ropa también. Ellos tenían zapatos y calcetines, mochilas escolares e incluso sombreros. Eran como niños ricos, todos ellos. Nosotros, en cambio, íbamos prácticamente descalzos. Sin embargo, algunos tenían suerte y llevaban zori, sandalias de paja. Algunos envolvían artículos escolares en un paño y lo amarraban a su espalda para ir a la escuela. Había mucha discriminación por parte de los japoneses continentales hacia los okinawenses.

“Ayudados por la gente de Taiwán”
Nos fuimos a otro lugar llamado Tojo (Dengshang), cerca de las montañas.
Era una zona muy rural, un pueblo tranquilo sobre el que no tiraban bombas. Nos distribuyeron en casas asignadas, como si estuviésemos en un programa de alojamiento.
No había baños, así que solía bañarme en el río con mi hermano pequeño, prácticamente todos los días.
Un día, un avión “Grumman” voló hacia el pueblo desde las montañas de alrededor; y no estoy seguro de si no se dieron cuenta de que éramos solo unos niños, pero empezaron a apuntarnos y dispararnos con sus ametralladoras. Nos escondimos debajo de una roca enorme, pero mi hermano pequeño comenzó a llorar.
Aquel avión “Grumman” voló en una dirección y después regresó, una y otra vez.
Mientras pasábamos por todo esto, algunos taiwaneses nos hicieron señas con la mano desde un refugio antiaéreo y nos dijeron: “Es peligroso ahí fuera, venid aquí, venid aquí”. “El avión se dirige hacia allí ahora mismo, así que venid rápido y meteros en el refugio”. Todavía recuerdo a aquel tío taiwanés que nos ayudó.

“Bienvenida a las fuerzas de Chiang Kai-shek”
Las tropas estadounidenses no desembarcaron en Taiwán.
Los que vinieron fueron soldados de China, de la República de China. Así que los estudiantes de mi escuela recibieron todos la “Bandera con el sol sobre el cielo azul”, que es la actual bandera de Taiwán, y nos pusimos en línea en la calle para darles la bienvenida. Recuerdo que nos hicieron memorizar la canción que decía “tentenpezhee kokouchou…”, la cantamos para recibirlos. No tenía ni idea de lo que significaba, ya que simplemente nos enseñaron el sonido para memorizarlo y que pudiéramos cantarlo.

Durante la guerra, los taiwaneses fueron maltratados por los japoneses.
Una vez que la guerra terminó, los taiwaneses formaron grupos de vigilancia para cometer actos violentos contra soldados japoneses o contra aquellos que habían trabajado para el gobierno japonés, por una razón o por otra, los japoneses continentales fueron golpeados violentamente con bates y palos, uno tras otro.
Vimos aquellas escenas mientras se desarrollaban delante de nuestros ojos, pero no fueron violentos con los de Okinawa. A los de Okinawa los llamaban “Ryukyujin” (Ryukyulan) y consideraban que estaban en la misma situación que los taiwaneses, así que no tomaron represalias contra los Ryukyujin, pero ajustaron cuentas con los japoneses (Jipulan). Fue una escena horrible. No había policía, así que los japoneses solo podían correr. Fue una situación realmente penosa para ellos.

“Las personas no pueden hacer la guerra”
Creo que esas guerras jamás deben ocurrir de nuevo y no debemos hacer más la guerra.
Los uchinanchu (okinaweneses) son incapaces de hacer la guerra. Realmente lo creo así.
No es que no debamos guerrear. Es que no participaríamos en una guerra.
Somos personas que no podemos hacer la guerra. Eso es lo que somos, como uchinanchu.