Experiencia del servicio militar en Kumejima y la Guerra en Iejima
「Experiencia del servicio militar en Kumejima y la Guerra en Iejima」
Nombre : Seitoku Nakasone
Edad : 91 años
Lugar de Nacimiento : Nakachi Pueblo de Kumejima Prefectura de Okinawa
En ese entonces, nos inculcaban la veneración al emperador como algo natural. Teníamos la revisión del servicio militar en la isla principal de Okinawa y nos reclutaron de inmediato para servir en la batalla de Okinawa. Por eso no nos regresaron a Kumejima, pero volvimos en un barco que salió en la noche.
La revisión del servicio militar fue al finalizar el ataque aéreo del 10 de Octubre. Normalmente teníamos la revisión a los 20 años, pero los de 18 lo recibimos junto con los de 20 años.
Kumejima estaba lleno de muchachos que habían tenido la revisión antes y también de aquellos que ya los habían reclutado directamente.
Sin embargo, todos los barcos fueron hundidos por el bombardeo asi que nos tuvimos que quedar en la isla, pero a los de 19 años los llegaron a reclutar.
En el ataque aéreo a Kumejima, recibimos un bombardeo desde el camino frente a mi casa, hasta la casa de la familia Yamashiro que quedaba cerca y que se incendió porque estaba hecha de paja.
(La vida en ese entonces)
Para poder sobrevivir, trocábamos los víveres y comíamos solo para poder sobrevivir.
Sentí mucho terror cuando desembarcaron los soldados americanos.
Un dia, fuímos con mi padre a los campos de cultivo de arroz para preparar el segundo cultivo. Cargamos en un caballo el abono para cambiarlos por semillas de arroz. Cuando de pronto llegaron 5 a 6 soldados americanos desde el lado de Gushikawa y nos encondimos al lado este de la montaña. Yo conocía todos los caminos para poder escapar. Até el caballo en la rama de un árbol y dejé el abono ya que no tuve tiempo de descargarlo. De pronto escuché que disparaban hacia las montañas, ban, ban, ban. Eran 5 o 6 los que disparaban. Me escondí entre los matorrales y al bajar de la montaña 2 a 3 horas más tarde, me dí cuenta que se habían llevado a mi padre.
Para diferenciar a los civiles y a los militares, se llevaban a los jóvenes al campo deportivo de la actual escuela de Ootake donde los revizaban y los agrupaban.
(La labor en la isla)
Nuestra labor era permanecer como mensajeros en los cuarteles para informar de inmediato a los habitantes de la isla en caso de ataques aéreos. Cuando salía la orden, informábamos de inmediato a los de la aldea de Nakandakari y la orden corría por toda la isla.
(El ejército japonés)
Teniamos que obedecer al pie de la letra todo lo que nos ordenaba el ejército japonés ya que si no lo hacíamos nos golpeaban. Teníamos cultivos de hoja de cigarro y como ellos fumaban, a veces nos confiscaban los cigarros, o nos mandaban traer carne de cerdo, etc.
Los aviones nos perseguían durante los ataques aéreos. Me escondía pero aparecían por el lado opuesto y me disparaban y nuevamente me escondía. Era muy duro cumplir la tarea como mensajero.
Habian cuevas naturales como Yajiyagama y Kachikui. Corría a las cuevas e informaba a los refugiados [la situación actual, y que aun pueden estar tranquilos], les informaba la situación diaria, los tranquilizaba y regresaba al cuartel.
Estuve por 2 meses por un reclutamiento en Iejima.
Construimos el refugio de los aviones en el aeropuerto de Iejima. Nos daban tres comidas diarias. 3 camotes por cada comida pero casi siempre 2 de los camotes tenían gusanos y no podíamos comerlo.
El agua escaseaba en Iejima. Había un manantial Waji al que íbamos entre dos a extraer agua cargando las vasijas en los hombros. Ibamos en la madrugada pero había tanta gente que hacia una larga cola que regresábamos a las 11 o 12 del mediodia. Nunca nos lavamos la cara ni los pies por falta de agua y nos brotaron piojos. No se cómo pudimos sobrevivir todo eso.
(Reflexionando la guerra)
Siento mucho hasta el momento lo cruel que es una guerra y me preocupa como será de ahora en adelante. Fuimos muy miserables debido a la guerra, solamente luchábamos para poder sobrevivir.
Solo deseo que nunca se olviden de la guerra aunque todos los que la experimentaron ya no estemos para hacerla recordar.
Nombre : Seitoku Nakasone
Edad : 91 años
Lugar de Nacimiento : Nakachi Pueblo de Kumejima Prefectura de Okinawa
En ese entonces, nos inculcaban la veneración al emperador como algo natural. Teníamos la revisión del servicio militar en la isla principal de Okinawa y nos reclutaron de inmediato para servir en la batalla de Okinawa. Por eso no nos regresaron a Kumejima, pero volvimos en un barco que salió en la noche.
La revisión del servicio militar fue al finalizar el ataque aéreo del 10 de Octubre. Normalmente teníamos la revisión a los 20 años, pero los de 18 lo recibimos junto con los de 20 años.
Kumejima estaba lleno de muchachos que habían tenido la revisión antes y también de aquellos que ya los habían reclutado directamente.
Sin embargo, todos los barcos fueron hundidos por el bombardeo asi que nos tuvimos que quedar en la isla, pero a los de 19 años los llegaron a reclutar.
En el ataque aéreo a Kumejima, recibimos un bombardeo desde el camino frente a mi casa, hasta la casa de la familia Yamashiro que quedaba cerca y que se incendió porque estaba hecha de paja.
(La vida en ese entonces)
Para poder sobrevivir, trocábamos los víveres y comíamos solo para poder sobrevivir.
Sentí mucho terror cuando desembarcaron los soldados americanos.
Un dia, fuímos con mi padre a los campos de cultivo de arroz para preparar el segundo cultivo. Cargamos en un caballo el abono para cambiarlos por semillas de arroz. Cuando de pronto llegaron 5 a 6 soldados americanos desde el lado de Gushikawa y nos encondimos al lado este de la montaña. Yo conocía todos los caminos para poder escapar. Até el caballo en la rama de un árbol y dejé el abono ya que no tuve tiempo de descargarlo. De pronto escuché que disparaban hacia las montañas, ban, ban, ban. Eran 5 o 6 los que disparaban. Me escondí entre los matorrales y al bajar de la montaña 2 a 3 horas más tarde, me dí cuenta que se habían llevado a mi padre.
Para diferenciar a los civiles y a los militares, se llevaban a los jóvenes al campo deportivo de la actual escuela de Ootake donde los revizaban y los agrupaban.
(La labor en la isla)
Nuestra labor era permanecer como mensajeros en los cuarteles para informar de inmediato a los habitantes de la isla en caso de ataques aéreos. Cuando salía la orden, informábamos de inmediato a los de la aldea de Nakandakari y la orden corría por toda la isla.
(El ejército japonés)
Teniamos que obedecer al pie de la letra todo lo que nos ordenaba el ejército japonés ya que si no lo hacíamos nos golpeaban. Teníamos cultivos de hoja de cigarro y como ellos fumaban, a veces nos confiscaban los cigarros, o nos mandaban traer carne de cerdo, etc.
Los aviones nos perseguían durante los ataques aéreos. Me escondía pero aparecían por el lado opuesto y me disparaban y nuevamente me escondía. Era muy duro cumplir la tarea como mensajero.
Habian cuevas naturales como Yajiyagama y Kachikui. Corría a las cuevas e informaba a los refugiados [la situación actual, y que aun pueden estar tranquilos], les informaba la situación diaria, los tranquilizaba y regresaba al cuartel.
Estuve por 2 meses por un reclutamiento en Iejima.
Construimos el refugio de los aviones en el aeropuerto de Iejima. Nos daban tres comidas diarias. 3 camotes por cada comida pero casi siempre 2 de los camotes tenían gusanos y no podíamos comerlo.
El agua escaseaba en Iejima. Había un manantial Waji al que íbamos entre dos a extraer agua cargando las vasijas en los hombros. Ibamos en la madrugada pero había tanta gente que hacia una larga cola que regresábamos a las 11 o 12 del mediodia. Nunca nos lavamos la cara ni los pies por falta de agua y nos brotaron piojos. No se cómo pudimos sobrevivir todo eso.
(Reflexionando la guerra)
Siento mucho hasta el momento lo cruel que es una guerra y me preocupa como será de ahora en adelante. Fuimos muy miserables debido a la guerra, solamente luchábamos para poder sobrevivir.
Solo deseo que nunca se olviden de la guerra aunque todos los que la experimentaron ya no estemos para hacerla recordar.