Actuar para defender la paz. La experiencia que tuve en los campos de guerra de Shuri hasta Mabuni
{Actuar para defender la paz. La experiencia que tuve en los campos de guerra de Shuri hasta Mabuni}
Nombre : Eiki Ishikawa
Edad : 87 años
Lugar de Nacimiento : Henza Pueblo de Yonagusuku Provincia de Okinawa
Ingresé a la escuela de primaria de Jinjo en Henza Al entrar al 5to de primaria la escuela se convirtió en el Colegio Nacional de Henza. En ese entonces, cuando la maestra nos preguntaba cada uno lo que queriamos ser de grandes, todos respondimos a una sola voz (quiero ser soldado). El ambiente educacional nos hizo actuar de ese modo.
Cuando los soldados marchaban al frente, no habían clases en la escuela y todos los alumnos más todos los residentes del pueblo saliamos a despedirlos. En las playas, en las costas. Asi mismo cuando regresaban ya sean los soldados vivos o muertos en cenizas dentro del ataud blanco tampoco habían clases y todos le dabamos la bienvenida saliendo a las playas.
En la fachada de las casas de los que fueron enviados a las tropas, se pegaban placas de bronce tallado que decía casa de soldados en el frente. Entonces los niños tenian que ir a ayudar a limpiar el criadero de cerdos de esa casa,y podar los pastos. Las niñas tenian que ir a ayudar a limpiar y a pulir los pisos de esa casa
Nunca olvidaré el dia que me entregaron el uniforme militar. No tenia ningún objetivo pero solo me sentia orgulloso. Recuerdo que fuimos hasta Naminoue en Naha y regresamos.
Antes del desembarco del ejército americano, recibimos una educación completamente militarista desde la época del colegio nacional hasta que pasamos a la secundaria. Me decia [Yankees (soldados americanos) aparezcan frente a mi lo antes posible].
Todas las noches me acostaba pensando así. Pero cuando el ejército americano desembarcó y empezaron los ataques, ese pensamiento se volvió en terror.
Lo que mas temia en la guerra de Okinawa fueron los aviones Cessna del ejército americano. Parecían planeadores y volaban tan bajo que hasta se podia ver claramente la cara del piloto. Había veces que también disparaban desde el avión.
Nos atacaron con bombas y morteros. Los morteros volaban al ras del suelo y las bombas caían casi debajo de uno y explotaban. Aunque nos agachemos o nos escondiesemos nos atacaban por arriba y por los lados y muchos murieron ahi.
En la secudaria, el que tenia más poder era el oficial asignado. Usaba diariamente el uniforme con su sable y se quedaba a dormir en el cuarto de control, haciendose cada vez más estricta la educación militarista.
En esa época, en los colegios de Shuri y Naha, se establecieron guarniciones del ejército japonés y ya no habían clases. Casi diarimente mandaban a los alumnos a cavar a los campamentos del sur. La cueva de refugio llamado Gama en el Distrito de Shimajiri, fue cavada casi en su total por los alumnos de primaria y secudaria. Trabajabamos cerca de 7 horas cavando y picando las duras rocas con picos. Los de menor estatura pasaban en cestos de bambú lo que excavabamos y lo tiraban al exterior. Y se repetía y repetia. Era una labor tan ardua que lamenté mi estatura.
Nosotros los internados preparábamos la comida cuando llegaban los alumnos a las aulas de Shuri. Para adquirir alimentos, robamos gallinas, conejos y cabras de las casas inhabitadas de los alrededores. A veces preparabamos Sukiyaki y el grupo encargado de la cocina invitabamos solo a los maestros ya que no alcanzaba para todos. La comida de los alumnos era como decir comida de cerdos.
Los alumnos de la escuela particular que iban a ser reclutados al ejercito imperial de jovenes de 14 a 16 años (tekketu kinoutai) estaban en las aulas de Shuri y eran más de cien cuando nosotros preparabamos la comida allí.
En ese entonces la guerra empeoró y los reclutaron a todos en los campamentos en grupos de a 10, de a 14 o 15, de a 4 o 5 .
Habían 14 a 15 maestros y como necesitaban que alguien preparase la comida para ellos, nosotros los internados lo haciamos. Le llamabamos [la sede].
Creo que eran cerca de 200 a 300. Los llamaban [Issenkenji].
A los de 1ero los regresaron a sus casas y a los de 2do los hicieron ingresar a la tropa de comunicaciones. Por un tiempo recibimos clases sencillas en la sala de kendo donde haciamos educación física. Vinieron los soldados japoneses y nos enseñaron la clave Morse.
Los alumnos de 3ero, 4to y 5to fueron reclutados a cada tropa como miembros del ejército imperial. Desde que desembarcaron las tropas americanas, las ordenes ya no las daba el director de la escuela sino el oficial asignado.
El 12 de abril fue mi dia de descanso. Ikehara Zensei de 4to grado de Yomitan y su compañero de clase Sakugawa Kanben los dos provenientes del pueblo vecino, estaban durmiendo en el armario de la cocina. Para su mala suerte recibieron directamente el ataque del ejército americano .
En esa época las tropas americanas utilizaban bombas de fósforo amarillo que se prendían inmediatamente e incendiaban en un abrir y cerrar de ojos el lugar donde caían y no habia nada que hacer.
Al dia siguiente, aún en medio del incendio, sacamos los cadáveres quemados de Ikehara y su compañero Sakugawa y los enterramos en el jardín. No me senti triste porque pensaba que algun dia yo tambien moriría al igual que ellos.
El refugio de Makabe en el distrito de Shimajiri fue el último lugar donde me oculté al terminar la guerra. Un tanque americano apareció frente a nosotros así que decidimos salir del refugio. Cada uno vigilaba el tanque y aprovechamos para escaparnos. El lugar estaba en una colina y a vista libre desde los tanques, así que uno lo vigilaba mientras otro se escapaba subiendo la colina.
Pase por la actual Torres de Himeyuri y me escapé hacia las playas de Mabuni. Era el extremo sur. Pero ya que habían soldados entre los ciudadanos, decidimos escapar por las orillas del mar hacia Yambaru en dirección contraria ocultándonos bajo las sombras del Adán.
Cuando estabamos en el refugio a los alrededores de las Torres de Himeyuri, había cerca un manantial del pueblo. Era un manantial cercado de rocas como si fuera una laguna. Solo aqui habia agua potable. Cuando no podiamos ir a sacar agua de allí, metíamos la boca en los posas de agua acumulada en los campos de arroz frente a nosotros y tomabamos agua como lo hacían los perros.
Estuvimos escondidos por un tiempo, sin embargo el ejército japonés arrebató de los aldeanos todas las casas que servían de escondite asi que no tuvimos en donde escondernos. Escapamos en fila, como si fuesemos de escursión, yendo de derecha a izquierda, esquivando los ataques del enemigo. Siento que se me rompé el pecho al recordar todo esto. Toda la gente de Okinawa que murió a consecuencia de ese ataque.
(Reflexionando la guerra)
Se asume que 240,000 personas perdieron la vida en Okinawa. Lo que más me preocupa es que cada vez haya menos personas que tengan conocimiento y memoria de la guerra en Okinawa.
No debemos dejar que desaparesca la educación por la paz del 23 de junio, dia Memorial a los difuntos. No necesitamos apariencias, debemos de actuar para proteger la paz. Mi gran preocupación es que la misma paz hace que cada vez haya menos personas que actúen y piensen sobre la guerra.
Nombre : Eiki Ishikawa
Edad : 87 años
Lugar de Nacimiento : Henza Pueblo de Yonagusuku Provincia de Okinawa
Ingresé a la escuela de primaria de Jinjo en Henza Al entrar al 5to de primaria la escuela se convirtió en el Colegio Nacional de Henza. En ese entonces, cuando la maestra nos preguntaba cada uno lo que queriamos ser de grandes, todos respondimos a una sola voz (quiero ser soldado). El ambiente educacional nos hizo actuar de ese modo.
Cuando los soldados marchaban al frente, no habían clases en la escuela y todos los alumnos más todos los residentes del pueblo saliamos a despedirlos. En las playas, en las costas. Asi mismo cuando regresaban ya sean los soldados vivos o muertos en cenizas dentro del ataud blanco tampoco habían clases y todos le dabamos la bienvenida saliendo a las playas.
En la fachada de las casas de los que fueron enviados a las tropas, se pegaban placas de bronce tallado que decía casa de soldados en el frente. Entonces los niños tenian que ir a ayudar a limpiar el criadero de cerdos de esa casa,y podar los pastos. Las niñas tenian que ir a ayudar a limpiar y a pulir los pisos de esa casa
Nunca olvidaré el dia que me entregaron el uniforme militar. No tenia ningún objetivo pero solo me sentia orgulloso. Recuerdo que fuimos hasta Naminoue en Naha y regresamos.
Antes del desembarco del ejército americano, recibimos una educación completamente militarista desde la época del colegio nacional hasta que pasamos a la secundaria. Me decia [Yankees (soldados americanos) aparezcan frente a mi lo antes posible].
Todas las noches me acostaba pensando así. Pero cuando el ejército americano desembarcó y empezaron los ataques, ese pensamiento se volvió en terror.
Lo que mas temia en la guerra de Okinawa fueron los aviones Cessna del ejército americano. Parecían planeadores y volaban tan bajo que hasta se podia ver claramente la cara del piloto. Había veces que también disparaban desde el avión.
Nos atacaron con bombas y morteros. Los morteros volaban al ras del suelo y las bombas caían casi debajo de uno y explotaban. Aunque nos agachemos o nos escondiesemos nos atacaban por arriba y por los lados y muchos murieron ahi.
En la secudaria, el que tenia más poder era el oficial asignado. Usaba diariamente el uniforme con su sable y se quedaba a dormir en el cuarto de control, haciendose cada vez más estricta la educación militarista.
En esa época, en los colegios de Shuri y Naha, se establecieron guarniciones del ejército japonés y ya no habían clases. Casi diarimente mandaban a los alumnos a cavar a los campamentos del sur. La cueva de refugio llamado Gama en el Distrito de Shimajiri, fue cavada casi en su total por los alumnos de primaria y secudaria. Trabajabamos cerca de 7 horas cavando y picando las duras rocas con picos. Los de menor estatura pasaban en cestos de bambú lo que excavabamos y lo tiraban al exterior. Y se repetía y repetia. Era una labor tan ardua que lamenté mi estatura.
Nosotros los internados preparábamos la comida cuando llegaban los alumnos a las aulas de Shuri. Para adquirir alimentos, robamos gallinas, conejos y cabras de las casas inhabitadas de los alrededores. A veces preparabamos Sukiyaki y el grupo encargado de la cocina invitabamos solo a los maestros ya que no alcanzaba para todos. La comida de los alumnos era como decir comida de cerdos.
Los alumnos de la escuela particular que iban a ser reclutados al ejercito imperial de jovenes de 14 a 16 años (tekketu kinoutai) estaban en las aulas de Shuri y eran más de cien cuando nosotros preparabamos la comida allí.
En ese entonces la guerra empeoró y los reclutaron a todos en los campamentos en grupos de a 10, de a 14 o 15, de a 4 o 5 .
Habían 14 a 15 maestros y como necesitaban que alguien preparase la comida para ellos, nosotros los internados lo haciamos. Le llamabamos [la sede].
Creo que eran cerca de 200 a 300. Los llamaban [Issenkenji].
A los de 1ero los regresaron a sus casas y a los de 2do los hicieron ingresar a la tropa de comunicaciones. Por un tiempo recibimos clases sencillas en la sala de kendo donde haciamos educación física. Vinieron los soldados japoneses y nos enseñaron la clave Morse.
Los alumnos de 3ero, 4to y 5to fueron reclutados a cada tropa como miembros del ejército imperial. Desde que desembarcaron las tropas americanas, las ordenes ya no las daba el director de la escuela sino el oficial asignado.
El 12 de abril fue mi dia de descanso. Ikehara Zensei de 4to grado de Yomitan y su compañero de clase Sakugawa Kanben los dos provenientes del pueblo vecino, estaban durmiendo en el armario de la cocina. Para su mala suerte recibieron directamente el ataque del ejército americano .
En esa época las tropas americanas utilizaban bombas de fósforo amarillo que se prendían inmediatamente e incendiaban en un abrir y cerrar de ojos el lugar donde caían y no habia nada que hacer.
Al dia siguiente, aún en medio del incendio, sacamos los cadáveres quemados de Ikehara y su compañero Sakugawa y los enterramos en el jardín. No me senti triste porque pensaba que algun dia yo tambien moriría al igual que ellos.
El refugio de Makabe en el distrito de Shimajiri fue el último lugar donde me oculté al terminar la guerra. Un tanque americano apareció frente a nosotros así que decidimos salir del refugio. Cada uno vigilaba el tanque y aprovechamos para escaparnos. El lugar estaba en una colina y a vista libre desde los tanques, así que uno lo vigilaba mientras otro se escapaba subiendo la colina.
Pase por la actual Torres de Himeyuri y me escapé hacia las playas de Mabuni. Era el extremo sur. Pero ya que habían soldados entre los ciudadanos, decidimos escapar por las orillas del mar hacia Yambaru en dirección contraria ocultándonos bajo las sombras del Adán.
Cuando estabamos en el refugio a los alrededores de las Torres de Himeyuri, había cerca un manantial del pueblo. Era un manantial cercado de rocas como si fuera una laguna. Solo aqui habia agua potable. Cuando no podiamos ir a sacar agua de allí, metíamos la boca en los posas de agua acumulada en los campos de arroz frente a nosotros y tomabamos agua como lo hacían los perros.
Estuvimos escondidos por un tiempo, sin embargo el ejército japonés arrebató de los aldeanos todas las casas que servían de escondite asi que no tuvimos en donde escondernos. Escapamos en fila, como si fuesemos de escursión, yendo de derecha a izquierda, esquivando los ataques del enemigo. Siento que se me rompé el pecho al recordar todo esto. Toda la gente de Okinawa que murió a consecuencia de ese ataque.
(Reflexionando la guerra)
Se asume que 240,000 personas perdieron la vida en Okinawa. Lo que más me preocupa es que cada vez haya menos personas que tengan conocimiento y memoria de la guerra en Okinawa.
No debemos dejar que desaparesca la educación por la paz del 23 de junio, dia Memorial a los difuntos. No necesitamos apariencias, debemos de actuar para proteger la paz. Mi gran preocupación es que la misma paz hace que cada vez haya menos personas que actúen y piensen sobre la guerra.