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Una niña que esperimentó sola la guerra y sufrió en el orfanatorio

「Una niña que esperimentó sola la guerra y sufrió en el orfanatorio」
Nombre : Yoko Kamiya
Edad : 80 años
Lugar de Nacimiento : Isla de Tsuken Barrio de Katsuren Prefectura de Okinawa

[El atáque aereo del 10 de Octubre]
En el atáque aereo del 10 de octubre, vi 2 aviones blancos que volaban a lo lejos y se veian pequeños, cuando en eso se acercaron.
Mi madre me dijo [Yochan ven, va a empezar la guerra y ese es un avión de abordaje]. Nunca había visto algo parecido y porque no sabía lo que era una guerra, mis amigos y yo lo tomamos medio en broma alborotandonos.

(En medio de la evacuación)
Pasando por Madanbashi, fui de Nesabu hacia montañas adentro.
Llevábamos la pasta de miso y mi madre nos preparaba las bolas de arroz oniguiri asi es que no tuvimos problemas por la comida. Pero luego el ejército japonés nos decomisó todo.

Pasaron unos dias y el atáque empeoró, y los caminos estaban llenos de cadáveres por doquier, con los intestinos fuera del cuerpo pero no nos quedaba más que caminar sobre ellos. Los caminos aún eran de tierra y había gente que trataba de devolver sus intestinos llenos de tierra dentro de sus cuerpos.

(La muerte de mi madre)
A mi madre también le cayó una bala, no recuerdo si era a la derecha o a la izquierda, pero tenía herida el brazo izquierdo y la mejilla, felizmante pudimos llegar al hospital militar de Haebaru.
Alli llegaban sin parar heridos del ejército japonés. Muchos murieron y a muchos los rechazaban ya que no había cupo.

(En la cueva donde estábamos refugiados)
Las jóvenes enfermeras iban al hospital militar a ayudar a vendar a los heridos. Un dia cunado habían regresado a la cueva y estaban descansando y cantando en la entrada de ésta, de pronto cayó una bomba del ejército americano.
Mi madre y mi hermano menor también murieron al instante debido a este bombardeo. Lo último que escuché decir a mi madre fue [Yochan, duerme aqui,ven]. Le conteste [si] y me quedé dormida a su lado. No se cuanto tiempo pasó, pero un avión rastreador americano nos descubrió y cayó una bomba cerca a nosotros, dejando hecho pedazos a mi madre y a mi hermano menor que estaban a mi lado. Sus trozos de carne cayeron sobre mí.

La entrada de la cueva se vino abajo y dentro de ella, habia muchísima gente .
Habia un señor que logró abrir la entrada. Yo ya no tenía a mi madre y lloraba desolada sin saber que hacer. Alguién me jaló y me sacó de la cueva. Escuché que decían, [ya está abierta la entrada, salgan todos los que están vivos].
Me sacaron de ella pero de alli fue lo peor.

Había crecido en un ambiente sin ningún inconveniente hasta ese momento. Pero de repente mi madre murió en la guerra, yo tenía herido el costado del cuerpo y no tenía que comer, ni sabía donde había agua para tomar...tenía fiebre debido a la herida y me dolía mucho ya que los gusanos estaban comiendo la carne de mi herida.

(Con una familia en la evacuación)
Luego, fui detrás de una familia de 7 a 8 personas. Como caminaba llorando diciendo [tengo miedo mamá! Mamá ayúdame!], me requintaban y me decían [no llores por que nos vas a poner en problemas, Véte de aqui] y me botaban.

La familia entró en una casa grande y empezaron a comer. Di una ojeada y uno de los señores agarró un palo y me pegó diciéndome [Véte de aqui ya que si lloras nos matarán a nosotros también]. Pero como no tenía a quien seguir, me metí en el establo de cerdos detrás de la casa, observándolos desde un hueco para seguirlos cuando ellos partieran, cuando de pronto cayó una bomba sobre ellos quedando solo una gran hueco. Pensándolo ahora, yo también hubiera volado hecha pedazos si ellos me hubieran dicho [pobrecita! ven aqui para comer juntos].

(Evacuando)
Los atáques del ejército americano se volvieron cada dia peor. Las bombas venían volando lanzando llamas desde los acorazados.
Tenía muchísimo miedo. Buscaba en las casas a su gente pero no habia nadie. En Okinawa hay lo que se llama Kamekoubaka,que son tumbas con forma del caparazón de tortugas. Sacában los huesos de las tumbas y se refugiaban dentro de ellas. Estaba llorando en la entrada de una de las tumbas diciendo [mi mama murió por una bomba, por favor ayúdenme], pero me decian [aqui esta lleno]. Me senté y les pedí que me dejaran entrar aunque sea en la entrada pero no me dejaron. Nadie me daba la mano cuando me caía o me pisaban.

Vagué de aquí para allá pero no había nadie. No se si estaban encondidos o si los habían matado. Todo alrededor estaba incendiado.
Deambulé descalza. También entré a las cuevas naturales Gama.
Era como una escalera. Resbalé y caí dentro de una cueva que estaba lleno de cadáveres. Habían también moribumdos que gemían uhhh, uhhh. Pasé dos dias dentro ya que no lograba subir la escalera.


Llegué a un lugar donde había un rio. Había mucha gente que quería cruzar pero el puente estaba destruído, y lleno de cadáveres enganchados. Sin embargo todos empujaban los cadáveres para poder pasar, ayudándo a las mujeres y a los niños.
Ya que nadie me ayudaba, tuve que aferrarme a un cadáver pero por que estaba putrificado, se deshacía y se hundía, asi es que me cogía de otro y flotando y hundiendome, lleguè a cruzar el rio.

Caminé varios dias sin beber ni comer nada. Un dia cuando estaba sentada en una cueva Gama un soldado japonés se acercó y me dijo [ya no llores niña, toma esto] y me dió una bolsa blanca con galletas. Primero comió él y luego me lo dió. Hacía mucho que no comía algo tan rico. Comí hasta llenarme y cuando cabezeaba por el sueño llegaron dos soldados japoneses. Me arrebataron la bolsa de galletas y me dijeron [Dámelo ya que no servirá de nada al país comiéndotelo tu]. Me aferré y le dije [devuélmelo es mío], pero me pateó con sus botas de cuero y me lo quitó.
De allí empezé a temer a la gente. Tenìa fiebre debido a los gusanos que comían la herida al lado del cuerpo. Luego ingresé al orfanatorio en donde me curaron.

(Al ser prisionero)
Al ser prisionero, creo que era un nikkei de segunda generación, me dio algo diciendome [niña come esto], yo pense que tenía veneno y que me querian matar, lo rechasé llorando diciendole [no quiero]. Entonces este señor abrió la envoltura y se lo comió, [esta bueno, prueba, niña cóme] y me lo dió, lo comí y era chocolate. Estuvo delicioso. Me lo comí llorando ya que nunca había comido algo tan rico.



Este señor me dijo [allá hay comida y bastantes dulces, vamos para allá niña] y me llevo de la mano. Aún lo recuerdo, era una mano caliente y sentí el calor humano.

Creo que era un campo de concentración. Habían cientos y miles de personas. Estaban divididos en grupos. Los huerfanos, la gente sola, las familias.
Me ingresaron al orfanatorio. Pero antes de entrar aqui, cuando todavía estaba evacuando, me encontré en el sur con un jóven de 14 o 15 años que llevaba a dos niños. El me hizo cargar en las espaldas a uno de los niños que él cargaba y me hizo caminar. Si me paraba, me jalaba de los pelos y me gritaba [porque no caminas, camina] y me pegaba.
Pesaba tanto que no podia caminar, y cuando el jóven fue a hacer sus necesidades, aproveché para desatar la tira y me escapé a la montaña. Pero me encontró y me atrapó pero volvi a escapar nuevamente, esta vez si corriendo a todo dar.

Cuando entré al orfanatorio, me encontré con él que había sido atrapado antes y cada vez que me veía me pegaba y me quitaba la leche y el arroz aguado diciéndome [esa vez te escapazte, por qué te escapazte?]. Dia a dia me iba deshidratando hasta que ya no podia más, y me escondí donde botaban las orinas y los escrementos. Al final, una maestra me encontro y me llevó al hospital militar donde me limpiaron el cuerpo, me untaron medicamentos hasta que por fin me sanaron las heridas.

Habían cerca de 11 orfanatorios en Okinawa.
Siendo prisioneros, nos agruparon y formé en primera fila, pero porque era muy pequeña, no pude subir al camión de traslado y estaba dando vueltas así que subí en el último camión y me trajeron a este orfanatorio. Si me hubieran enviado al de la zona norte de la isla central, hubiera muerto, asi que fue una suerte llegar aqui.


(Reflexionando la guerra)
Siempre me pregunto, Por qué tenemos que hacer la guerra?.
Estudiando mucho y acumulando conocimientos y sabiduria, podremos resolver todo por medio de la conversación sin la necesidad de la guerra.
Todos somos iguales, seamos de raza negra o blanca, lo que pesa es la vida de cada uno que es más pesado que el mismo globo terrestre. No es cierto?
No quiero que nunca más nadie experimente lo que yo pasé en la guerra.