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Teníamos más miedo de las tropas japonesas que de las estadounidenses que desembarcaron en la isla de Kume

“Teníamos más miedo de las tropas japonesas que de las estadounidenses que desembarcaron en la isla de Kume”

Nombre: Shoken Motonaga(23本永昌健)
Fecha de nacimiento: 21 de enero de 1929 (16 años en aquel tiempo)

No hubo muchos daños causados por la guerra en la isla de Kume. No hubo demasiado sufrimiento derivado de la guerra (combates). No había ni siquiera una sola tienda en la isla de Kume. No había dinero, ni tiendas ni nada que comprar. El gobierno japonés estaba, probablemente, produciendo todos los suministros de guerra. Si me pregunta de qué tipo era mi ropa, diré que compré ropa solamente dos veces en un periodo de 8 años desde el primer año de la escuela de educación primaria hasta el segundo curso de la escuela de educación secundaria. Íbamos descalzos. Incluso nuestra ropa, si se desgarraba poníamos parches, así que parecía un mapa del mundo. Nuestra ropa parecía un mapa del mundo. Nunca llevábamos zapatos, así que las plantas de los pies estaban agrietadas. Tampoco teníamos jabón. Era terrible. Hablando de malestar, lo que acabo de contar causaba más malestar que intentar conseguir comida.

Entrevistador: ¿Aprendió algo en la escuela? Sobre la guerra, etc.

Había un Ho-an-den que contenía una fotografía del emperador y la emperatriz. Hacíamos una reverencia profunda hacia la misma y después íbamos a nuestras aulas. Entonces, al comienzo del primer semestre, cuando el maestro entraba en el aula, hacíamos una profunda reverencia hacia “Amaterasu Oomikami (la Diosa del Sol)” enclaustrada justo encima de la pizarra. Esta es la diosa que se escondió en la Ama-no-Iwato (la Cueva Celestial). Por supuesto, no hay ninguna fotografía suya, y la única decoración era una caja de este tamaño llamada Amaterasu Oomikami. Los niños de entre el primer año de la escuela de educación primaria y el segundo de la escuela de educación secundaria hacían una reverencia profunda hacia esa caja Amaterasu Oomikami. Creo que dábamos una palmada y nos inclinábamos dos veces. Entonces, escuchábamos las palabras del maestro y el primer semestre daba comienzo.

Al principio de la Segunda Guerra Sinojaponesa, aquellos que tenían gran fuerza física participaban en la guerra. Algunos de ellos eran, al parecer, unos verdaderos bárbaros. Entre 1939 y 1940, hubo algunos que regresaron a la isla de Kume tras servir en el ejército durante tres o cuatro años. Entonces, pasado un tiempo, las tropas estadounidenses desembarcaron en la isla de Kume. Mientras se acercaban a la costa, aquellos que habían regresado de la guerra en China temblaban de miedo. Entonces, algunos individuos que jamás habían estado en una guerra como soldados dijeron: “Cobardes. ¿Cómo es posible que chicos como vosotros, que han servido como soldados, seáis tan estúpidos y asustadizos? Incluso tenéis experiencia sirviendo en el ejército”.
Sentí que de lo que realmente tenían miedo era de lo que habían visto, de la realidad del abuso y las matanzas de chinos en la guerra de China. Probablemente pensaban que los estadounidenses les harían las mismas crueldades. Les preguntamos: “¿Por qué temblabais de miedo cuando los estadounidenses desembarcaron durante la guerra?” Y confesaron: “¿No lo sabéis? Seguro que habéis oído las crueles historias de aquellos días en los que los soldados japoneses luchaban en China. Lo vimos con nuestros propios ojos. Por eso teníamos miedo, pensando que las mismas cosas les ocurrirían a los habitantes de la isla de Kume”.

Sin embargo, ¿cómo eran los estadounidenses que desembarcaron?
La única persona a la que los estadounidenses mataron fue al jefe del pueblo, que vivía detrás de esta casa. Ninguno más fue asesinado. Había probablemente unos 30 soldados acuartelados en las montañas de la isla de Kume que fueron asesinados por el Comandante Kayama (un oficial técnico de primera de la Armada Imperial Japonesa), que estaba destinado aquí después de que la guerra comenzase. Incluso sus compañeros japoneses, soldados, fueron ejecutados.

Mi padre estaban discutiendo estas cosas mientras pensábamos en evacuar. Las tropas estadounidenses iban a desembarcar desde la dirección de Shimajiri (en la isla de Kume). Había tiempo todavía antes de que los estadounidenses llegaran aquí, así que la gente se reunió en el salón del pueblo para debatir. Entre ellos estaba el jefe del pueblo de Nakachi y cuatro o cinco maestros de escuela. También había líderes de grupos y ex soldados que se reunieron en el salón del pueblo. Al parecer, hablaron acerca de la manera de evacuar. Era un gallinero con todo el mundo elevando la voz para hacer escuchar sus opiniones al mismo tiempo, así que no llegaron a ningún acuerdo. No había ninguno de entre ellos que tuviese experiencia en evacuaciones al desembarcar un ejército enemigo, así que no sabían cómo hacerlo.
Esta es la historia de un anciano que debía de tener 80 años en aquel momento. Cuando su hijo regresó de las discusiones sobre la evacuación, el anciano al parecer preguntó a su hijo: “¿Qué ha pasado? ¿Qué ha pasado?” El hijo supuestamente respondió que las discusiones habían terminado sin llegar a un acuerdo, así que decidieron que cada uno evacuase por su cuenta hacia algún sitio que le pareciera adecuado.
Recuerde lo que dijo este anciano. Recuérdelo por favor. Al parecer, dijo: “Un país que derrota a Japón es académicamente superior a Japón”. Esa es una frase sabia ¿verdad? Significa que las personas cultas no van matando por ahí a otras personas. Dijo que ya que un país que derrota a Japón es académicamente superior a Japón, los estadounidenses no matarán seres humanos porque sí, así que debemos buscar agua y evacuar a un lugar donde haya agua. Y pasó lo que este anciano dijo. Había agua que caía de la colina. Es allí, donde los arrozales. Detrás de allí está la colina. Todo el mundo huyó allí. Teníamos agua para beber. Teníamos batatas, así que mientras tuviésemos agua, estaríamos bien. La gente que evacuó allí nunca se puso enferma y todos salimos de allí (cuando la guerra terminó).

Un maestro me llamó a mí y a otros once y nos dijo que nos sentáramos. ¿Sabe lo que ese maestro nos dijo a nosotros doce? Estábamos nerviosos. Estábamos encantados de que el periodo de preparación de exámenes empezara finalmente al día siguiente. Sin embargo, lo que el profesor nos dijo no tuvo nada que ver. Dijo lo siguiente: “A partir de mañana, iréis todos al campamento y traeréis noticias”.

Entrevistador: “¿Noticias?”

Motonaga: Los anuncios del Cuartel General Imperial

Entrevistador: “Ah, sí, sí, sí.”

Solo los que estaban en las colinas sabían lo que estaba ocurriendo. (No se podía obtener información sin acudir a los barracones del ejército japonés en las colinas). Como se pensaba que la situación era muy mala, fuimos de dos en dos a las colinas para conseguir información. Antes de ir a las colinas, fuimos a la oficina del director. Como mi nombre es Motonaga, dije: “Yo, Motonaga, y Uezu dejaremos ahora la kokumin gakko (escuela nacional) a tal y tal hora, e iremos a los barracones para conseguir información”. Entonces hicimos una reverencia ante el director y fuimos a los barracones de dos en dos. Corrimos… corrimos hasta las colinas.

Los anuncios del Cuartel General Imperial eran todos falsos. Fuimos cuatro veces. Desde la tercera o segunda vez sentí, inmediatamente, que las noticias e informaciones eran mentiras. Incluso ahora todavía recuerdo aquellos partes de noticias.
Decían que en Taiwán, la Armada Imperial Japonesa –pilotos japoneses– habían hundido buques de guerra enemigos y habían dañado gravemente sus portaaviones. Y que las tropas japonesas solo habían perdido dos o tres aviones. Publicaban este tipo de anuncios infundados. En sus partes de noticias, decían que habían hundido todos los portaaviones y buques de guerra enemigos.

En realidad, este comandante llamado Kayama mató a mucha gente en Kitabaru. Como este comandante estaba aquí, muchos más isleños habrían muerto probablemente si la batalla de Okinawa hubiese durado medio año más.

Hoy, está garantizado por nuestra constitución pacifista que Japón nunca producirá armas (nucleares), ni permitirá su introducción en territorio japonés. Sin embargo, estoy muy preocupado por la posibilidad de que la constitución sea reformada. Creo que la guerra debe ser evitada a toda costa. Creo que hay muchos problemas que pueden ser resueltos por métodos diplomáticos pacíficos. Mejor que recurrir a la fuerza militar, quiero que Japón evite la guerra en todo lo posible e intente mantener la política nacional a través de una diplomacia pacífica.